Los adolescentes se encuentran en una etapa de del desarrollo cognitivo llamada pensamiento formal, esta se caracteriza porque ellos pueden realizar diversas operaciones mentales abstractas, asì como pensar en distintas representaciones no presentes, además es capaz de realizar diversas hipótesis reales y luego experimentar para resolverlas.
Otra característica de los adolescentes en el pensamiento formal es que son egocentricos, en el sentido de que todo se centra entorno a ellos. Cabe resaltar que el egocentrismo está directamente relacionado con la conducta. Es por este motivo que se presentan la "fábula personal" y la "audiencia imaginaria", explica Dusek.
En la "fábula imaginaria" los adolescentes creen que todo lo que ellos sienten y piensan nunca ha sido sentido por otra persona y se sienten muy suceptibles a las críticas o recomendaciones, especialmente si vienen de los adultos que ¡Nunca los entienden!. La disposición a la resiliencia es muy baja en esta etapa ya que cualquier problema que se les presente es considerado como "el fin del mundo".
Elkind y Bowen explican que durante la "audiencia imaginaria" el adolescente cree que todos están pendientes de sus movimientos, acciones, pensamientos, entre otros. No diferencian los aspetos objetivos de los subjetivos y sienten como estuvieran permanentemente en un escenario, siendo observados y criticados por todos.
El egocentrismo no es una etapa que dura toda la vida, este declina conforme se adquiere una identidad sólida y autónoma.
Otra característica de los adolescentes en el pensamiento formal es que son egocentricos, en el sentido de que todo se centra entorno a ellos. Cabe resaltar que el egocentrismo está directamente relacionado con la conducta. Es por este motivo que se presentan la "fábula personal" y la "audiencia imaginaria", explica Dusek.
En la "fábula imaginaria" los adolescentes creen que todo lo que ellos sienten y piensan nunca ha sido sentido por otra persona y se sienten muy suceptibles a las críticas o recomendaciones, especialmente si vienen de los adultos que ¡Nunca los entienden!. La disposición a la resiliencia es muy baja en esta etapa ya que cualquier problema que se les presente es considerado como "el fin del mundo".
Elkind y Bowen explican que durante la "audiencia imaginaria" el adolescente cree que todos están pendientes de sus movimientos, acciones, pensamientos, entre otros. No diferencian los aspetos objetivos de los subjetivos y sienten como estuvieran permanentemente en un escenario, siendo observados y criticados por todos.
El egocentrismo no es una etapa que dura toda la vida, este declina conforme se adquiere una identidad sólida y autónoma.
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